Guardo memorias,
tantas historias
de nuestros padres al contarnos que eres bueno.
Desde pequeños
nos enseñaron
que a todo el mundo lo sostienes en tu mano.
No teníamos miedo,
nada era imposible,
esa fe de niños
todo hacía posible;
pero con el tiempo
esos días simples
se fueron con el viento;
fuimos insensibles.
Regrésanos,
restáuranos
para escucharte hablar
y confiar una vez más.
Regrésanos,
restáuranos
para ver tu corazón,
para amarte sin temor,
regrésanos.
Tiempo ha pasado,
he comprobado
que tú jamás te has apartado de mi lado.
Hoy te prometo:
en cada intento
te voy a dar todo de mí con cada aliento.
Regrésanos,
restáuranos
para escucharte hablar
y confiar una vez más.
Regrésanos,
restáuranos
para ver tu corazón,
para amarte sin temor,
No tenemos miedo,
nada es imposible,
esta fe de niños todo hace posible.
Y aunque pase el tiempo
nuestra fe es simple.
Siempre eres bueno, siempre eres amor.