La encontré en su habitación, me preguntaba quién era,
Con ese brillo en su pelo, sus manitas delgaditas,
Y su batita de abuela.
Con lagrimitas en sus ojos, me ha pedido un abrazo,
Porque se dio cuenta ella, de que su nieta pequeña…
Había ido para verla.
Su mente le recordó,
Por ese pequeño instante que la vida es un regalo,
No quiere que se le escape,
Como agua entre las manos,
Y lo que menos desea es perderse en su retrato.
Esa niñita pequeña, con arrugas de la vida,
Con temor en sus pestañas,
Acurrucada en su cama
Recordando aquella infancia,
Sin sus padres en el mundo ella se sentía extraña.
Como agua entre las manos se escapaban tus recuerdos,
Pero aquí estoy yo, tu hijo, ‘pa’ contarle al mundo entero,
Que con gente como tú se construyó un país de nuevo,
Y que lo que me enseñaste ya tiene un digno heredero.
Que la música y la sangre compartimos por las venas,
Siempre fuiste el mejor padre en las malas y en las buenas,
Y si olvidas a tu hijo, tu familia y tus historias,
Yo te cantaré estos versos ‘pa’ que vuelva a tu memoria.
Su mente le recordó,
Por ese pequeño instante que la vida es un regalo,
No quiere que se le escape,
Como agua entre las manos,
Y lo que menos desea es perderse en su retrato.
Ese niñito pequeño, con arrugas de la vida,
Con temor en sus pestañas,
Aferrado a sus recuerdos
De batallas y desvelos,
Él solo se siente vivo cuando lo llaman abuelo.
Ella tiene todo y no tiene nada,
Yo seré tu mundo. Yo seré tus alas.
Él lo tiene todo y no tiene nada,
Yo seré tu mundo. Yo seré tus alas.
Su mente le recordó,
Por ese pequeño instante que la vida es un regalo,
No quiere que se le escape,
Como agua entre las manos,
Y lo que menos desea es perderse en su retrato.
Esa niñita pequeña, con arrugas de la vida,
Con temor en sus pestañas,
Acurrucada en su cama
Recordando aquella infancia,
Sin sus padres en el mundo ella se sentía extraña.
Ese niñito pequeño, con arrugas de la vida,
Con temor en sus pestañas,
Aferrado a sus recuerdos
De batallas y desvelos,
Él solo se siente vivo cuando lo llaman abuelo